La cirugía que consiste en abrir quirúrgicamente el abdomen y el útero para que nazca un bebé se llama cesárea.

La historia cuenta varias versiones del por qué se llama así, desde la que narra que el emperador romano Julio César nació por esta vía y lleva su nombre, según la cultura griega varios dioses y Esculapio, padre de la medicina, también nacieron por una incisión el vientre de su madre; y, lo que dice la etimología, que es la ciencia que estudia el origen y significado de las palabras: caedere o scadere, del latín que significa «cortar».

Esta cirugía ha evolucionado y revolucionado la atención de la madre y su hijo que está por nacer, gracias a la cesárea hoy podemos salvar vidas, tanto del bebé como de su mamá. Pero, hay lineamientos, mucha literatura por revisar, un entrenamiento extenso, para que esto se convierta en un beneficio y no un mal para ambos.

La OMS, tiene como aceptable una tasa de 30% de nacimiento por vía abdominal, cifra de la que estamos muy lejos, no solo en América Latina, también en los países más desarrollados. En la Encuesta Global en Salud Materna y Perinatal de la OMS (WHO Global Survey on Maternal and Perinatal Health), que se realizó entre 2004 y 2005 en 24 regiones de ocho países de América Latina y que obtuvo datos de todas las mujeres admitidas para el parto en 120 instituciones seleccionadas aleatoriamente, la mediana de la tasa de partos por cesárea fue del 33%, en hospitales privados se observaron tasas de hasta el 51%.

¿Por qué preocupa esto a las autoridades y por qué nos debe de afectar a todos los seres humanos, no solo a las mujeres?

Hay grupos activistas, sobre todo Europeos que promueven el parto vaginal y satanizan la cesárea. Yo, en lo personal, considero que no debemos ser radicales, esto se trata de dar vida y nuestro trabajo como obstetras es que este evento sea feliz y saludable para mamá, bebé y su familia; pero estoy muy de acuerdo en que la naturaleza nos diseñó a todas las mujeres para parir, bueno, a casi todas…

Tenemos indicaciones «absolutas» para realizar una cesárea y la mayoría incluyen situaciones que ponen en peligro la vida de la madre y/o su hijo. Recordemos cuantas mamás y sus bebés morían hace décadas por un parto obstruido, pero, también es alarmante la cantidad de cesáreas que se realizan sin una indicación real: cesárea innecesaria y que entonces pone en peligro de complicaciones a estos dos seres que han convivido en armonía 9 meses, a quién ya amas sin saber cual será su rostro y que haz sentido en tu barriga por 40 semanas.

Existen muchos mitos que aterrorizan a las mujeres y que por ende «eligen» que les realicen una cesárea, sin ni siquiera intentar experimentar el maravilloso proceso del trabajo de parto. Por supuesto mal informadas, por otras mujeres y peor aún: por su ginecológ@ de cabecera. Se ha convertido en la manera fácil de parir tanto para la paciente, como para el ginecoobstetra, sin duda tiene móviles económicos y cuestiones de tiempos.
Las mujeres a veces se sienten «violentadas» cuando les propones que tengan a su hijo vía parto vaginal, creen que es flojera o inexperiencia de su obstetra el no ofrecerles de primera intención una cesárea.

Un buen parto, humanizado y respetado, requiere mucha paciencia, experiencia y pericia por parte del obstetra, es hermoso y artesanal el «cuidar, vigilar y acompañar» a mamá y su hijo durante el trabajo de parto.

Hay quién no lo entiende así, imagínate, pueden programarte para cesárea controlando el día y la hora que ha de nacer tu hijo, es una cirugía que no te consume más de una hora y hay médicos que aumentan sus honorarios respecto al parto. ¿Quién se ve perjudicado? Aparentemente nadie. No podemos apartarnos de que la cesárea, como todas las cirugías, conlleva riesgos: hemorragia, infección, complicaciones anestésica y por muy rudo que se sienta leerlo…riesgo de muerte de la madre y del hijo.

Definitivamente es una cirugía que salva vidas, pero también puede complicartela mucho.

Frase estremecedora que se surgió en el Foro de las Naciones Unidas y la OMS con las metas del milenio, proyectado al 2015:

Ninguna mujer debería morir dando la vida.

La tomo como mía y como estandarte, sin quitar el contexto de que hay circunstancias y situaciones que llevan al quirófano para un parto vía abdominal, pero, que todas las mujeres tenemos derecho y posibilidades para un parto vaginal.

Existe suficiente evidencia en la literatura médica que avala que es beneficioso para un bebé el experimentar el trabajo de parto y nacer vía vaginal, pero también para su madre. Es bueno para la salud inmunológica, intelectual, física y emocional de ambos.

Gran parte de que todo salga bien depende de ti mujer:

  • Es muy importante que lleves un adecuado control del embarazo, que te asegures de que tu obstetra está preparad@, calificad@ y certificad@ para ejercer.
  • Que en su equipo de trabajo, que debe incluir a un anestesiolo@ y un pediatra sean empáticos, humanos y honestos y profesionales; que no mientan, porque hay médicos que te dirán lo que quieres escuchar y eso no es correcto.
  • Debes prepararte para el trabajo de parto, es el día más maravilloso que vas a tener, va a nacer tu hijo, lee, investiga. Conocimiento es poder.
  • Responsabilizate de tu salud y la de tu hijo.

En los periódicos nacionales se publicó recientemente (06/05/2014) que se sancionará a quiénes realicen cesáreas innecesarias, pero también, al que incurra en violencia obstétrica. Les dejo el link para que se enteren a fondo:

http://www.almomento.mx/penalizaran-cesareas-innecesarias-en-hospitales-publicos-y-privados/

En conclusión tú y tu bebé deben tener la oportunidad de tener un parto humanizado y respetado, hay situaciones y complicaciones que pueden poner en riesgo a los dos durante el proceso del trabajo de parto y el parto; entonces lo mejor será una cesárea. Debe de estar bien justificada, realizada con pericia y oportunidad en tiempo y forma.

El tema es amplio y debatible.

¿Tienes dudas? ¡Contáctanos!

 Dra. Abril Rios Alatorre.

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