¿Añoras los días en que con solo una mirada estabas lista para saltar a la cama con él? Seguramente él también.

La disminución del deseo sexual puede ser causado por infinidad de condiciones, algunas médicas, otras no.
Hoy me voy a enfocar en una situación que nos pone a las mujeres entre «la espada» y el bebé:

Cuando amamantamos a nuestros hijos el deseo sexual casi desaparece.

Ya habrás escuchado muchas veces que la naturaleza es muy sabia, bueno, a veces su sabiduría se interpone en nuestra relación de pareja. Nuestro instinto primitivo tratará de asegurar que la madre pueda alimentar a la cría hasta que pueda valerse por si mismo, por lo tanto, hará lo posible para impedir que en ese lapso de tiempo haya otra cría que le merme sustento.

Al amamantar se elevan algunas hormonas, disminuyen otras y esto asegura que haya alimento suficiente y que la mamá no este en disposición de «reencontrarse» con la pareja y tener otro embarazo.

Cuando lactamos a nuestros bebés se elevan los niveles de una hormona llamada «prolactina», ésta es la encargada de mantener la producción de leche para alimentar a nuestro hijo. Entre más succione el bebé más producción de leche, más prolactina. Generalmente tenemos picos muy altos por las noches.

Si la prolactina se eleva, la testosterona disminuye.

La testosterona se encarga de la parte biológica de que tanto hombres como mujeres tengamos apetito sexual. Pero hay otros factores muy importantes que lo favorecen, como los recuerdos de experiencias previas, las fantasías, los juegos…

Se dice que las mujeres somos más emocionales respecto al sexo, es decir, los sentimientos juegan un papel importantísimo, así que si estás experimentando nuevos sentimientos con respecto a la maternidad y la lactancia quizá también influyan de manera negativa en tu deseo sexual.

Hay mujeres que sienten culpa por dedicarle el mayor tiempo al bebé y dejar » abandonado» a la pareja.
También puedes estar sintiendo que todo te ahoga, el trabajo, la casa, el hijo que demanda más de lo que pueden dar, tu esposo, novio, pareja…

Es probable que incluso, de manera inconsciente o muy consciente, tengas miedo de un nuevo embarazo.
Te miras en el espejo y ya no te pareces en nada a la mujer que sedujeron hace mas de 9 meses, hay tantos cambios en tu cuerpo, en tu casa, en tu vida…

Lo mas seguro es que estés muy agotada. ¿No te encantaría que por la noche te dieran un rico masaje, que te dijeran » mi amor, duerme toda la noche, yo me encargo del bebé» ?

¡Ahora esas son tus fantasías!

Pero tranquila, eso va a pasar, la lactancia materna a libre demanda es una etapa que después extrañarás con dulce melancolía.

Disfruta tu lactancia y a tu bebé

Bueno, ¿Y?, ¿ De qué sirve saber los por qué si no me das el remedio?

Aquí van algunas sugerencias, no es magia ni es infalible porque todas las mujeres somos diferentes, pero pueden ayudar.

1.- Mírate en el espejo desnuda cada que puedas. ¿Ya te diste cuenta que hermosa estás ahora que eres mamá? Es en serio, aumentará tu confianza porque es verdad.

2.- Programa los encuentros con tu pareja, suena muy controlador, pero en estos momentos no puedes dejar todo a la espontaneidad. Será una cita y ese día, consigue quien se encargue del bebé por unas horas.

3.- Dale rienda suelta a la imaginación. Busca recuerdos, inventa fantasías, revive momentos.

4.- Asegúrate de estar protegida con un buen método anticonceptivo, esto te dará tranquilidad.

5.- Creo que es el punto más importante: habla con él, dile a tu pareja que y como te sientes, coméntale lo que haz leído y sin miedos dile como te gustaría retomar su sexualidad.

Toma las cosas con filosofía y recuerda que tu ginecólog@ puede ayudarte a manejar estos temas de la mejor manera. Pregúntale tus dudas.

Otro día trataremos el tema en caso de las mujeres que no estamos en periodo de lactancia, que la causalidad es distinta.

Hasta pronto.

Dra. Abril Rios.