Es una moda.
El parto acuático es cada vez más solicitados por las mujeres embarazadas.
La información que existe en los sitios de internet es tendenciosa y poco objetiva; recalco que no hay evidencia científica de que mejore las condiciones del trabajo de parto tanto para la madre como para el bebé por nacer.

Hoy en día, parto respetado lo asocian inmediatamente a parto en agua y no es así.

El parto respetado es seguir los tiempos y las formas que la naturaleza tiene para la llegada de un bebé, sin hacer sufrir a ninguno de los dos y siempre tomando en cuenta los deseos de la madre; como la postura para parir, si quiere tomar un baño, hidratase, que esté acompañada y por supuesto evitar maniobras innecesarias con el Kristeller y la dilatación cervical forzada o maniobra de Felbes.

Algunas mujeres prefieren dar a luz bajo el agua porque creen que el dolor es menor, que la experiencia es más suave para el bebé y hay menos probabilidad de sufrir daños durante el parto.

Pero no se ha comprobado ninguno de esos beneficios, según la autora del estudio, Sarah Nguyen, del Hospital Nacional de Mujeres en Auckland, Nueva Zelanda, y sus colegas.

Los investigadores describieron cuatro casos, todos los cuales ocurrieron en el mismo período de 18 meses, de bebés que inhalaron agua y fueron incapaces de respirar tras un parto bajo el agua.

El parto en agua tiene muchas desventajas; por ejemplo:
En algunos casos, al encontrarte tan relajada, puede que el parto se retrase.
Existe riesgo de que, en el caso de que no se te haya aplicado un enema de limpieza previamente, evacúes durante el parto, por lo que el agua se contaminaría y aumentaría el riesgo de infección.
Los reflejos del bebé hacen que respire cuando entra en contacto con el aire, por lo que el riesgo de respirar cuando aún está en el agua es muy bajo. En el caso de que tu bebé, durante el parto, sufriera de asfixia existe la posibilidad de que aspire agua al nacer.
No se te podrá aplicar analgesia epidural.
Podría haber dificultad para monitorizar al bebé, ya que algunos centros no tienen monitores fetales Doppler para uso bajo el agua, por lo que, seguramente, deberás salir del agua de vez en cuando para hacer las comprobaciones necesarias y estarás constantemente temblando de frío.
El agua de la tina se enfría y debe cambiarse constantemente.
En ocasiones las mujeres se hipotensan (les baja la presión arterial) cuando la temperatura del agua es alta, esto puede hacer que se desprenda prematuramente la placenta y entonces se convierta en una emergencia para la mamá y para el bebé por hemorragía.
Pueden tener edema vulvar , desgarros perineales y periuretrales.
El parto en el agua es económicamente más costoso que el procedimiento normal.
Si tu bebé está de nalgas, no es recomendable esta práctica.
Si esperas gemelos o trillizos es probable que no pueda realizarse.
Si has sido diagnosticada con algún tipo de infección, incluido herpes, o si has tenido sangrado excesivo en el tercer trimestre.
Si tienes preeclampsia deberás hablar antes con tu médico.
Si la gestación es menor de 37 semanas no se recomienda el parto en el agua, ya que la maduración pulmonar del neonato es desconocida.
El parto en el agua tampoco es recomendable para mujeres con antecedentes de diabetes mellitus, cardiopatías, desproporción feto pélvica y, en general, siempre que tu médico lo desaconseje.
También está desaconsejado en mujeres obesas con índice de masa corporal superior a 40.

Después de todo tienes derecho a decidir, siempre y cuando tengas toda la información y los riesgos.

Mi opinión: si nacer dentro del agua fuera lo natural, TODOS, lo mamíferos tendríamos que ir a un río, al mar ó un lago a parir. ¿Haz visto nacer a un gatito, perrito o becerro en el agua?

Sigue tu instinto, la intuición nos guía, nos protege.

Dra. Abril Rios Alatorre.
Ginecología y Obstetricia Integral.