Si realmente quieres perder a tu pareja recuerda que no tienes que hacer grandes actos de maldad, cometer infidelidades o perderte en el alcohol, simplemente sigue estas reglas sencillas y efectivas para que pronto seas parte del gran grupo privilegiado donde las personas que juraban tenerlo todo ahora están solas, divorciadas o simplemente no se han podido comprometer.

1. Aprende a culpar a tu pareja de todo lo que pasa en la relación. Tú no eres responsable de nada de lo que pasa, a ti que no te metan en sus problemas.

No es posible que tú puedas pensar o actuar por otras personas ¿Verdad?

2. Enfócate en el pasado, sobre todo si este causa dolor, angustia y trae el recuerdo de algún problema que no se pudo solucionar. Aférrate a las cosas, a las discusiones y a los sucesos que te duelen. Ya sabes cómo va a terminar esa discusión.

Nada como sufrir varias veces por lo mismo.

3. Quéjate, reprocha y recuerda todo lo que te ha hecho, todo lo que te ha prometido y no te ha cumplido; sobretodo, quéjate cuanto puedas y con quien puedas. Así no solo vas a sentir infelicidad, también la gente que te rodea estará consiente de lo mal que vives con tu pareja.

¡Qué mejor que tener porras para el dolor!

4. Cuando hablen de cosas íntimas o surjan discusiones, no te atrevas a contestar nada; recuerda que tu pareja no va a entender tu punto de vista no te gastes. Si te puedes dormir, ver al techo o jugar con tus manos; son acciones muy recomendables.

Ignorar los sentimientos de la persona lastimada es un quehacer acertado para alejar a tu pareja, no lo olvides.

5. No cumplas con tu palabra. Las promesas se hicieron para romperse; las intensiones son suficiente. Si realmente trataste y no pudiste o se te olvido en el camino: ni hables, ni te justifiques, no tiene sentido.

Lo que estás buscando es perder a tu pareja,¿No?

6. Ni un detalle, ni una atención, nada que haga sentir bien a tu pareja, después de todo cuando haces algo que según tú es bueno o bonito ni siquiera te valoran ni te lo agradecen así que para que te esfuerzas.

7. Tú te mereces todo, no te conformes con miserias. Todo lo que te den es poco, todo lo que te demuestren no es suficiente; recuerda que tú eres tan especial que lo mucho :es poco cuando se trata de ti. No te limites con tus expectativas.

8. Trata de controlar todo lo que sucede en el entorno de tu relación, es decir, tú tienes que saber dónde va, con quién está, qué dice, cómo se viste, qué compra y todo lo demás. No olvides que el control te da seguridad y nutre tu ego. Además, asegúrate de que diga lo que tú le has dicho y haga las cosas como tú le haz enseñado, nadie sabe más ni mejor las cosas, eres casi perfecto.

9. No le des importancia a tu pareja. Siempre antepón tu trabajo ya que este te da sustento y seguridad. Cuida a tus amigos, ellos no te piden nada a cambio, te entienden y acompañan cuando los buscas. Toma en cuenta a todas las personas que quieres: tus padres, abuelos, hijos, etc. Tu pareja, si te quiere, te va a comprender, es lo mínimo que puede hacer por ti.

10. Lo más importante es que nunca agradezcas nada, da de hecho todo lo que hace por ti. ¿Recuerdas la regla numero 7? Tú mereces todo, entonces, no tienes nada que agradecer, elogiar o reconocer. ¿Por qué vas a demostrar tu lado humilde o tu sensibilidad? ¡Jamás! Eso implicaría cercanía, sinceridad y humildad, eso no sirve para perder a tu pareja, ten mucho cuidado!

La lógica incitaría a pensar que por supuesto que el abuso doméstico, el alcoholismo, la drogadicción y la infidelidad serian las razones más comunes para terminar con el amor de cualquier pareja. Sin embargo, lo más alarmante es que la mayoría de los divorcios, según me han contado, surgen por la falta de interés en querer resolver los conflictos. Al igual que el orgullo y la inflexibilidad; más que las causas dramáticas de los comportamientos tóxicos o enfermos.

Una persona pierde el amor de su pareja, poco a poco y sin darse cuenta, no se necesita tener un problema mayor, todo comienza con un descuido pequeño, un dolor minúsculo o un silencio que se agudiza con el tiempo; por la falta de compromiso, por el exceso de expectativas irreales, las carencias y la imposibilidad de poder resolver los conflictos. Tristemente los divorcios, las rupturas y las separaciones dejan marcas difíciles de borrar y aunque en muchos casos, las personas superan el dolor, siempre va a quedar el testimonio vivo de una perdida personal.

Dra. Abril Rios Alatorre

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