Mi código para este 2015:
Hola 2015, ni me conoces ni te conozco; de hecho, aún ni has nacido, pero así será tu primer día: nacerás entre uvas, brindis y abrazos. Seguirás con una fiesta que deja que desear y la posterior “resaca del año”; entre todo esto, te habrán pedido que cumplas deseos, “que lo mejor del 2014 sea lo peor del 2015” y tópicos así.

Tranquilo, ya sé que te estamos pidiendo y exigiendo de todo. Pero por mi parte no te preocupes, no es mi idea pedirte nada… Verás, lo que yo pretendo es presentarme, conocernos para llevarnos genial y saber si podemos ir de la mano, que tú y yo nos entendamos adecuadamente. Llegarás a mi vida sin preguntar y yo viviré dentro de ti durante 365 días. Creo que es tiempo suficiente para forjar una buena amistad.

Seguro que no todos los días serán buenos y habrá algunos que te odiaré o te querré olvidar. Pero 2014 se fue, como se van algunos seres queridos dejando momentos, palabras y recuerdos; y con un presente que afrontar con todo lo aprendido. Entre tú y yo intentaremos que cada día sea productivo, y con esto no me refiero a hacer lo que nos apetezca, sino compartiendo y haciendo felices a los demás, porque la felicidad, si no es compartida, carece de sentido.

Precisamente, el sentido de tu vida es ser un año bien recordado, y yo quiero recordarte como un buen año. Eso sí, no lo tienes fácil, muchos familiares tuyos ya nacen marcados: años de elecciones, de organizaciones y reuniones previstas, de Olimpiadas o Mundiales de fútbol, entre otros. Pero en tu caso pocos eventos esperados tienes, así que nos los tendremos que inventar. En mi caso te deseo lo mejor, porque solo entonces lo será para mí.

En nuestra relación, quiero poder estar segura de ser quien soy, quien quiero ser y lo que quiero hacer. No todo dependerá de ti, probablemente, y esto es lo mejor de todo, ya que las decisiones recaerán en mi actitud.

A ti, quiero verte radiante, que ni la lluvia ni los días fríos me quiten la capacidad de querer hacer las cosas bien, que cada día esté más contenta de haberte conocido. No quiero que haya días para olvidar, sino que cada día intente ser mejor, y en los que no se pueda, que sirvan de lección. Cada uno de tus 365 días servirán de algo, apreciaré contigo todo lo que me tengas preparado, las personas que cruces en mi camino y los retos que tenga que afrontar.

Para ello, intentaré llevar una vida sana, pero sin pasarme, que es tan malo comer precocinado como solo comer verde. Me preocuparé de dormir menos pero de soñar más. Contigo quiero aprender a escuchar para luego escuchar y aprender. Si es necesario, enviaré bien lejos mi egoísmo e intentaré esquivar las piedras con las que ya tropecé.

Quiero elogiar más y criticar menos, no pensar en lo que puedan decir y sí en lo que pueda aportar. Quiero estar menos pendiente de un teléfono celular y más de quien tengo delante. Quiero amueblar mi cabeza, y que llegue a pactos de no agresión con el corazón. Quiero pensar positivamente, y si hace falta, vivir más y pensar menos. No pretendo luchar contra la marea, pero sí surfear encima de sus olas.

Quiero estar segura de lo que digo, sonreír cuando me encuentre a un desconocido, poder hablar abiertamente de todo y perder el miedo a lo que aún temo decir. 2015, quiero que me ayudes a intentar lo que con otros años no me he atrevido, quiero que tu nombre sea el principio de algo fabuloso, ser capaz de crear un “since 2015” y que perdure muchos más años. En definitiva, quiero hacerte feliz, porque solo así podré decir que me has hecho feliz.

Después de 365 días desaparecerás, como lo han hecho los otros años y darás paso a algo igual o mejor que tú, porque este es nuestro pacto y deseo compartido. Si tú y yo nos llevamos bien, se te recordará como una inolvidable parada en este camino que llamamos vida.

Porque sí, 2015, contigo quiero empezar de cero, tienes que ser mejor que los anteriores, tienes que ser el mejor, y la mejor forma de que sea así es empezar con esta carta de tú a tú, en la que te aseguro que te aceptaré con tus pros y contras y me levantaré cada día con el único objetivo de ser feliz. Porque quiero que cuando pasen los años, te recuerde y diga: ¡Chingado, qué buen año pasamos juntos!

3,2,1…empieza la cuenta atrás.

Dra.Abril Rios Alatorre.

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